Juan López
Por JUAN
LÓPEZ
El presidente Abinader, contrariado por el
intenso proselitismo de los funcionarios-presidenciables que están descuidando
sus responsabilidades gubernamentales, emitió un sorpresivo ultimatun para
tratar de detener la extemporánea precampaña de 12 presidenciables del PRM, a quienes
el mismo presidente, henchido de emoción por su triunfo electoral, en junio de
2024, les estimuló a buscar la candidatura del PRM porque “él colocaría un
candado contra la reelección para no ser candidato”.
Al comprobar las consecuencias negativas de ese error político y los costosos
proselitismos (con recursos del Estado) y porque la Junta Central Electoral
(JCE) ha evidenciado una indiferencia complaciente ante las múltiples
actividades de campaña que están realizando los presidenciables del PRM, el
preocupado presidente Abinader publicó un ultimátum con esta disposición:
“…les digo a todos los precandidatos y a sus
coordinadores: no están permitidos los actos proselitistas a funcionarios. Si
quieren hacer campaña, deberán dejar sus cargos.”
¡El ultimatun llegó muy tarde! Los 12 funcionarios-presidenciables ya
han realizado múltiples actividades típicas de campañas electorales “en cantidades
industriales”: Saturación de los medios de comunicación y redes sociales con
sus slogans, fotografías y reseñas de sus proselitismos, manipulación electoral
con publicación de supuestas encuestas que “les son favorables”, spots y videos
promocionando candidaturas de los funcionarios-presidenciables por whatsapp, instegram, tik tok y Facebook.
También realizando asambleas
multitudinarias, inclusive al aire libre y en horarios laborables, en las que
la mayoría de los participantes son empleados de sus respectivas instituciones
gubernamentales.
La JCE, amparada en el
Art. 78 de la Ley 33-18, “amenazó (a los peledeistas) con despojarlos de sus candidaturas a quienes
continúen exhibiendo sus aspiraciones a través de consultas previas, anuncios
públicos o cualquier otra modalidad de publicidad.”