Juan López
Por
JUAN LÓPEZ
En atención a diferentes confrontaciones que
se están escenificando en varios ayuntamientos entre alcaldes o
alcaldesas y los regidores; al reflexionar sobre los resultados de una
encuesta realizada en Santo Domingo Este, del 25 al 28 del pasado mes de junio,
decidimos ofrecer nuestra versión sobre esos conflictos y la “percepción
de los munícipes sobre los regidores en los ayuntamientos” de nuestro país.
Las principales autoridades de la
administración local dominicana (ayuntamientos) son alcaldes o alcaldesas
y regidores o concejales. Al respecto nuestra Constitución, en su Art.
201, establece:
“Los gobiernos locales (GL)… estarán cada uno
a cargo del ayuntamiento, constituido por dos órganos complementarios entre sí,
el Concejo de Regidores y la Alcaldía. El Concejo de Regidores es un órgano
exclusivamente normativo, reglamentario y de fiscalización integrado por
regidores y regidoras. La Alcaldía es el órgano ejecutivo encabezado por un
alcalde o alcaldesa.”
En su Art. 60 con 29 diferentes
acápites, la Ley No. 176-07 del Distrito Nacional y los municipios, se
especifican las competencias y responsabilidades ejecutivas y de representación
legal de los alcaldes o alcaldesas en los ayuntamientos.
Por lo tanto, los alcaldes o alcaldesas
tienen, taxativamente, las competencias y responsabilidades ejecutivas,
administrativas y representativas bien delimitadas. Obviamente, para cumplir
con ese conjunto de funciones institucionales, se acompañan de un equipo de
funcionarios, técnicos y empleados administrativos y de servicios.
Mientras que la Constitución (Art. 201) y la
Ley No. 176-07, en su Art. 52 dispone, explícitamente, que las
competencias y funciones de los regidores son: “exclusivamente normativas,
reglamentario y de fiscalización.” Es decir, los regidores carecen de
funciones ejecutivas o administrativas. ¡Más claro, ni el agua!
No obstante la clara y precisa delimitaciones
de funciones y competencias de la alcaldía y del Concejo de Regidores, son
múltiples las feas y complicadas confrontaciones que se escenifican entre ambas
instancias municipales, principalmente, por estas cuatro razones:
1ro. Algunos regidores por ignorancia o
“propósitos pecuniarios” tratan de asumir tareas administrativas propias y
exclusivas de la alcaldía. Para esos fines presionan, chantajean,
extorsionan y amenazan a funcionarios, técnicos y empleados
administrativos y de servicios.
2do. Por comportamientos politiqueros y
populistas se auto-adjudican gestiones de servicios técnicos y administrativos
del ayuntamiento para favorecer empresarios, amigos, familiares y
organizaciones de la sociedad civil.
3ero. En procura de prebendas personales
ejercen presiones, paralizan y condicionan las aprobaciones de resoluciones,
permisologías, reglamentos, ordenanzas y hasta del presupuesto municipal anual.
4to. Los partidos, lamentablemente, no
controlan ni fiscalizan los comportamientos políticos ni las gestiones
municipales de sus regidores. Los regidores, desde que se juramentan se
“convierten en agentes libres” e irreverentes ante la disciplina de sus
partidos. ¡A nadie le rinden cuentas!
Los regidores son representantes de sus
respectivas comunidades, productos de elecciones populares. Durante las
campañas electorales gestionan el voto de los munícipes mediante “promesas y
dádivas”. Generalmente, desde que asumen sus cargos, se desconectan de la
población. Al respecto, algunas opiniones de los munícipes con “relación a sus
regidores”:
1.- ¿Conoce usted las funciones del Concejo de
Regidores del ayuntamiento?
Muy bien y bien =12%. Muy mal y mal
=38%. No opina =50%.
2.- ¿Cómo valora usted la labor del Concejo de
Regidores?
Muy buena y buena =16% Muy mal y
mal =39%. No opina =45%
3.- ¿Usted conoce al regidor que representa
este sector o circunscripción?
Si =27%. No
=44%. No opina =29%
4.- Después de las elecciones, ¿usted ha
participado en reuniones con los regidores?
Sí =10%. No =75% No
opina =15%
5.- ¿Considera usted que los regidores
representan los intereses de su comunidad?
Sí =23% No =51% No opina
=26%.
Como se puede observar, los munícipes tienen
una mala percepción de los regidores, percepción que se complica por las
ambiciones que exhiben algunos regidores, los frecuentes conflictos con las
alcaldías y sus equipos y la opacidad en que desarrollan sus labores, sin
transparencia ni rendimientos de cuentas ante sus partidos y los munícipes que
les eligieron.
Las cúpulas de los partidos son los
principales responsables de esa situación porque permiten que sus regidores,
luego de asumir el cargo, se “conviertan en agentes libres” de
compromisos con su partido e incumplidores de sus compromisos con los munícipes
que les apoyaron.
Advertencia: todavía existen importantes y
valiosos grupos de ¡honorables regidores! Pero si las direcciones de los
partidos siguen indiferentes sin asumir la responsabilidad de fiscalizar y
controlar, ¡la pésima percepción y actitud de los munícipes ante los regidores
irá de mal en peor!