Juan López
Por JUAN LÓPEZ
Cuando faltan 34 meses
para las elecciones municipales, congresuales y presidenciales, programadas
para 2028; el actual panorama político presenta interesantes características
que nos inducen a reflexionar sobre sus principales perspectivas.
Objetivamente, esas perspectivas giran alrededor de tres protagonistas: Partido
Revolucionario Moderno (PRM), Fuerza del Pueblo (FP) y Partido de la
Liberación Dominicana (PLD). Veamos:
Por ahora, en nuestro
sistema electoral se descarta la incursión de “candidatos independientes” con
posibilidades de conquistar el favor del electorado. En el
horizonte político todavía no se vislumbra la presencia de un candidato
“outsider” que pueda obtener un 5 % de la votación. Igualmente, los otros 27
partidos minoritarios continuarán con porcentajes por debajo del apetecido 5
%.
La interrogante del
momento: ¿Habrá polarización, es decir bipartidismo? ¿Cuáles serían los
partidos que, en el actual escenario político se proyectan en una polarizada
competencia?
Tres tangibles realidades
políticas proyectan una fuerte polarización PRM Vs. FP: a) Los resultados
cuantitativos y cualitativos de las elecciones de 2024. b) Los resultados de
varias e importantes encuestas de trabajo y de algunas publicadas. Y c) Los
exitosos resultados de los recientes congresos internos realizados por el PLD y
FP.
Con respecto a las
probables alianzas, es un hecho consumado por nuestra historia electoral: ¡Un
partido solo, sin alianzas, no gana elecciones! Por tal razón, para este
próximo proceso, las perspectivas que proyecta el actual panorama se observan
tres probabilidades de alianzas electorales:
1.- El PRM encabezará el
mayor bloque de aliados, porque su condición de partido en el poder le
facilitará conservar 12 o 15 de los 22 partidos que, en el 2024, tuvo de
aliados. 2.- La FP-Leonel tiene el potencial suficiente para formar un bloque
mayor que en el 2024, que tuvo cinco partidos aliados. Fácilmente, el bloque
FP-Leonel sumaría 10 o 12 partidos aliados.
3.- Las perspectivas de
alianzas se complican con relación al PLD porque, todavía algunos de sus
principales dirigentes, “se rasgan las vestiduras” con respecto al
fracaso de la “Alianza Rescate RD” que, con muchas resistencias, y
parcialmente se aliaron a la FP y el PRD solo para algunos candidatos
municipales y senatoriales. Por esa extraña estrategia y el desdén que
dispensaron a los otros partidos, por primera vez en su historia política, el
PLD no tuvo ningún aliado a nivel presidencial.
Ahora bien, en el próximo
proceso electoral, para el PLD se visualizan tres alternativas: a)
Concretar su participación en el bloque FP-Leonel y aliados. b) Que el PLD se
integre al bloque PRM y aliados. c) Que repita su historia de “Llanero
Solitario”, volviendo a participar sin ningún aliado.
Reflexionando con
objetividad sobre esas tres posibilidades; lo conveniente, políticamente,
para el PLD sería garantizar una oportuna y digna alianza con el bloque
FP-Leonel y aliados: Claro está, para esto sería imprescindible que el
liderazgo peledeista conserve su vocación de poder, “entierre” los residuos de
resentimientos que algunos conservan y sean capaces de asumir su
condición de partido opositor al gobierno del PRM-Abinader,
En atención a un
exhaustivo y sereno diagnóstico, el actual panorama político pinta un
escenario para los comicios de 2028, con las mayores perspectivas de una fuerte
polarización con los bloques que tienen todas las condiciones de constituirse:
PRM, su candidato presidencial y partidos aliados para polarizar con el bloque
FP-Leonel y partidos aliados.
Es oportuno precisar que
el PRM y su gobierno están pasando por su peor momento político, verificable a
través de: crispación social ascendente por las improvisaciones y malas
ejecutorias del gobierno, el golpeo de las crisis del sistema eléctrico, el alto
costo de los principales productos de la canasta familiar, la persistente
inseguridad ciudadana y las confrontaciones internas entre los grupos que
encabezan los 9 presidenciables perremeistas.
También afectan la imagen
del gobierno y del PRM los múltiples escándalos de supuestos actos de
corrupción (Ministerios de Educación y de Agricultura, SENASA, INABIE, INTRANT,
más de 300 casos denunciados por la directora de la DIGEIG y rumores de otros)
que reflejan impunidad y negación de la cacareada transparencia del gobierno;
principales causas que motivaron “el retiro por tres días, en Jarabacoa, de la
cúpula del PRM”, encabezada por el presidente Abinader.
Las perspectivas políticas de ese panorama indican que retornará el bipartidismo para las próximas elecciones, mediante una férrea lucha polarizada por conquistar el poder del Estado: en una esquina, el PRM, su candidato y partidos aliados y, en la otra esquina, el bloque FP-Leonel y partidos aliados. Independientemente de nuestros deseos: ¡por ahí anda la cuestión política nacional para 2028!