Juan López
Por Juan López
Con las
elecciones de los titulares de sus diferentes secretarías, el Partido de la
Liberación Dominicana (PLD) completó los objetivos organizativos y políticos de
su “X Congreso Ordinario”, el pasado domingo. De ese mismo evento surgió
también el rumor o intención de seleccionar, en este año 2025, su candidato
presidencial para las elecciones del 2028; ante lo cual nos preguntamos:
¿Conviene al PLD escoger su candidato presidencial antes del 2027?
Esa pregunta
no es ingenua y mucho menos malintencionada. Es el resultado de una sana
reflexión basada en estos fundamentos: a) Por disposiciones de las leyes
electorales (33-18 y 20-23) los candidatos presidenciales se escogerán en
octubre de 2027. b) La experiencia que en esos mismos propósitos tiene el PLD
de las elecciones de 2024. c) Las características de la actual coyuntura
política y d) Por las debilidades y reflujo político en que se encuentran la
militancia peledeista.
Previendo esa posibilidad, en nuestro artículo “Principales aspiraciones para
RD en el 2025”, publicado en este importante medio de comunicación, el
31-12-2024, hicimos estos planteamientos:
“Los
partidos deben circunscribir las actividades políticas a la
reorganización de sus estructuras, a la formación política de sus miembros y
definir sus estrategias generales y programáticas para los comicios de 2028.
¡Sin campaña electoral en este 2025!
“Que los
partidos de oposición, particularmente FP y PLD, asuman su rol de contrapeso
político enfrentando las malas prácticas gubernamentales, congresuales y
municipales y defendiendo los intereses del pueblo.”
En el caso
de que la cúpula del PLD se aventure a realizar otra “consulta nacional” para
escoger su candidato presidencial, en octubre de 2025; nos atrevemos a ofrécele
estas sanas observaciones:
1.- Realizar
la selección de su candidato presidencial con el eufemismo de “consulta
nacional” (mediante encuestas o votaciones) es violatorio del sistema legal del
país y sus resultados no serán vinculantes con el proceso electoral de 2028.
2.- En esta
ocasión, el pretexto para el PLD aventurarse a realizar dicha consulta es: “ya
se sabe que Leonel será el candidato de la Fuerza del Pueblo y los
precandidatos del PRM están en campaña, con lo cual aventajan al PLD”.
3.- Es muy
difícil que la JCE se involucre en esa ilegal y extemporánea consulta y
sea indiferente ante ese proceso y sus posibles resultados, lo cual será una
situación política imprudente e innecesaria para la cúpula peledeista si asume
los riesgos que conlleva su realización.
4.- Al día
de hoy, ya se definen precandidatos presidenciales por el PLD: Abel Martínez,
Francisco Javier García, Charlie Mariotti, Juan Ariel Jiménez, Francisco
Domínguez Brito, posiblemente, Margarita Cedeño y Gonzalo Castillo.
5.- Las
confrontaciones que las actividades proselitistas de esos precandidatos, en
lugar de consolidar la unidad y dinamismo que, con carácter de urgencia,
necesita el PLD, será un ingrediente más para su debilitamiento. “Será echar
gasolina al fuego” o creer que “la enfermedad está en la sábana”.
6.- En la actual coyuntura política y la correlación de fuerzas que
desfavorecen al PLD: ¿Está la cúpula peledeista en condición de ser juez
y parte para organizar y desarrollar una consulta democrática,
equitativa, de masiva participación, con resultados transparentes y aceptados
por los precandidatos? ¿Soportará el PLD otra crisis parecida a la de octubre
de 2019?
7.- Vislumbramos que la delicada situación en que se encuentra el PLD,
esa posible “consulta nacional” contribuirá con el apandillamiento y el
sectarismo político. Será un golpe duro y directo contra “la unidad en la
diversidad y la renovación que necesita el PLD”. Y si, como en procesos similares,
el grupo mayoritario del CP trata de imponer un candidato, entonces se cumplirá
el fatal vaticinio que hizo Danilo Medina: “…El PLD caminará a su extinción”,
lamentablemente.
Por esas explicaciones y otras que nos reservamos en esta ocasión, al PLD, en
absoluto, no le conviene realizar otra versión de la “consulta nacional”
tan a destiempo para escoger su candidato presidencial de las elecciones de
2028.
Si por desmemoriados o ignorar los antecedentes insistieran en ese
despropósito; nuestra bien intencionada sugerencia: ¡No os desesperéis!
Recuerden que para cada cosa están predeterminados los tiempos legales y
políticos. ¡No por mucho madrugar amanece más temprano!