Juan López
Por
Juan López
Durante tres días de la pasada semana, fuimos observadores de tres
acontecimientos que, directa e indirectamente, impactan en la cotidianidad del
pueblo dominicano:
1.- Miércoles 26, el Comité Nacional de Salario (CNS) aprobó aumentar
los salarios mínimos no sectorizados.
2.- Jueves 27, el presidente Abinader, mediante un kilométrico discurso, rindió
cuentas ante la Asamblea Nacional.
3.- Viernes 28, los medios de comunicación y redes sociales nos atiborraron con
el rifirrafe entre los presidentes Trump y Zelensky.
Las importancias socioeconómicas, políticas y por la paz mundial que
inciden estos acontecimientos motivaron nuestra reflexión de esta semana.
Con nuestro artículo “Aumento general de salarios: ¡Justo y necesario!,
publicado el pasado 2 de febrero, formulamos estos planteamientos:
“Si para… el Banco Central, el 2024 terminó con el costo del primer quintil en
RD$27,724.42 y la canasta familiar nacional en RD$46,251.42, para la mayoría de
los dominicanos…esos precios son una insoportable afrenta y perturbadora
provocación.
“Es pertinente tener presente que el vigente Código Laboral dispone que, cada
dos años, el CNS tiene la obligación de revisar las tarifas de salarios mínimos
a los fines de aprobar, por lo menos, una indexación salarial para las
diferentes actividades económicas del país.”
Como ya el CNS aprobó aumentar los salarios mínimos no sectorizados en un 12 %
a partir de abril próximo y 8 % para febrero del 2026, ahora se imponen dos
imprescindibles y justas decisiones:
1.- Que el CNS apruebe aumentar los salarios de los trabajadores sectorizados:
zona franca, turismo, construcción, agricultura, restaurantes y
vigilantes.
2.- Que el presidente Abinader enseñe con el ejemplo: decretando aumento
general de salarios del 20 % para el sector público, incluyendo a los
ayuntamientos (empleados activos y jubilados), puesto que, con excepciones de
maestros, médicos, policías y militares, hace más de siete años que los
empleados públicos recibieron un pírrico aumento.
Como parte de las festividades del Día de la Independencia Nacional y por mandato
constitucional (Arts. 121 y 128), el presidente Abinader pronunció un
discurso para rendir cuentas ante la Asamblea Nacional. El
contenido produjo dos reacciones: Los funcionarios gubernamentales y
afectos del PRM se volcaron en elogios, mientras que para un amplio sector del
pueblo fue una repetición de cifras y promesas enunciadas en otros 27 de
febrero, y no abordó otros importantes temas que afectan la calidad de
vida del pueblo dominicano.
En base a lo anterior, recordamos los versos de Campoamor: “…Nada es verdad ni
mentira, todo depende desde el color del cristal que se mira”, que
facilitan comprender la amplia diferencia entre la actual realidad
socio-económica que afecta al pueblo que contradice y choca frontalmente con el
paraíso terrenal contenido de dicho discurso.
El presidente Abinader con sus palabras “pintó una hermosa paloma, pero le
faltó ponerle el pico para que pudiera comer”. Esto se comprueba con la simple
confrontación de las cifras y ejecutorias del gobierno durante 2024 que,
supuestamente, contienen esas memorias con la realidad objetiva que en
determinados renglones flagelan al pueblo. Por ejemplos:
La inseguridad ciudadana, en los desastres en salud y educación, los altos
precios de la mayoría de los productos alimenticios, el insufrible caos del
transporte, los odiosos apagones y aumentos de las facturas eléctricas, el
exorbitante crecimiento de la deuda externa y la peligrosa tendencia alcista
del dólar, que ya ronda 63 pesos por un dólar y la indiferencia ante los 47 casos
de corrupción de este gobierno que la directora de la DEGEIG depositó ante la
Procuraduría General.
Ante el clamor mundial por terminar la guerra Rusia-OTAN-Ucrania,
surgió una positiva esperanza con la reunión programada entre los presidentes
Trump y Zelensky, el pasado viernes 28, en la Casa Blanca de EE.UU.,
inclusive, delante de representantes de los medios de comunicación.
Fue un desastre ese encontronazo público. El tratamiento entre ambos
presidentes parecía propio de líos y chismes del submundo. No se llegó a ningún
acuerdo y reflejó las importantes diferencias que existen entre el presidente
Zelensky y la Unión Europea con las estrategias que está implementando el
gobierno de Trump para terminar dicha guerra.
No obstante, es válido recordar que “la noche es más oscura cuando va amanecer”
y “una cosa mala siempre tiene algo bueno”. Al reflexionar en esas
dos expresiones de la sabiduría popular, nos atrevemos a pronosticar que ese
show de mal gusto, se convierte en el preámbulo para que, “más temprano que
tarde”, se le ponga fin a la injustificada guerra Rusia-OTAN-Ucrania. ¡Ojalá
así sea!
2 de marzo de 2025.