Ropas recicladas
En un mundo donde la moda rápida domina, los residuos textiles se convirtieron en una preocupación creciente, con demasiadas prendas terminando en vertederos o siendo incineradas. Este fenómeno es perjudicial para el medio ambiente y pone de manifiesto las limitaciones actuales en la tecnología de reciclaje textil. El medio The Washington Post informó sobre las dinámicas en la industria y las estrategias para tratar la problemática.
A medida que los investigadores exploran nuevas técnicas, desde la separación electrostática hasta el reciclaje químico, el desafío central sigue siendo cómo incrementar la tasa de reciclaje en un sector que, hasta ahora, logró reciclar menos del 1% de sus materiales en nuevas prendas.
Uno de los principales obstáculos es la falta de una infraestructura centralizada para la recogida y clasificación de textiles, explicó Amanda Forster, investigadora de materiales del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST). Esta tarea generalmente recae en organizaciones benéficas que enfrentan el difícil reto de tomar decisiones óptimas para cada prenda donada.
Las mezclas de fibras también presentan un reto considerable. Como indicó Abigail Clarke-Sather, profesora asociada de ingeniería industrial en la Universidad de Minnesota Duluth, muchas fábricas tienen estrictos requisitos técnicos para aceptar fibras recicladas. Esto se debe a que las fibras cortas y de baja pureza pueden impactar negativamente la calidad del producto final, limitando el mercado para fibras recicladas.
Para abordar estas problemáticas, los investigadores están desarrollando métodos innovadores que podrían revolucionar el reciclaje textil. Un avance significativo es el uso de la espectroscopía de infrarrojo cercano, que permite identificar tipos de fibras a través de patrones únicos que actúan como “huellas digitales”.
Este tipo de tecnología, apoyada por una base de datos reciente del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST), podría facilitar la clasificación rápida y eficiente de los materiales textiles en los centros de reciclaje, según el tipo de compuestos.
Otro método emergente es la separación electrostática, investigada por Katarina Goodge del NIST, que utiliza propiedades intrínsecas de las fibras para separarlas. Por ejemplo, al exponer fibras a un campo eléctrico, es posible separar las fibras de algodón cargadas positivamente de las de poliéster cargadas negativamente. Esta técnica podría integrarse en sistemas de reciclaje mecánico más tradicionales, que convierten tejidos en fibras.
De igual manera, el reciclaje mecánico plantea desafíos propios porque degrada las fibras, acortando su longitud y afectando el rendimiento material al producir problemas como el pilling (formación de “bolitas” de fibra). El proceso también requiere de energía y agua, lo que por sí mismo presenta un costo ambiental.
Alternativamente, el reciclaje químico y los procesos biológicos, aunque requieren recursos como agua y calor, ofrecen la posibilidad de generar materiales de calidad virgen, lo cual podría representar una mejora considerable sin los costos ambientales del cultivo tradicional del algodón.
El desarrollo y aplicación de estas tecnologías es vital para crear un cambio significativo en la industria textil. Según Amber Härkönen de Circulose, a pesar de los costos ambientales asociados, el reciclaje de textiles (sea mecánico o químico) es preferible antes que la producción tradicional de materiales vírgenes. Sumado a que las enzimas naturales utilizadas podrían ofrecer un impacto ambiental considerablemente menor.
El futuro del reciclaje textil no solo depende de avances tecnológicos sino también de la aceptación y experimentación por parte de los molinos y fábricas textiles. “Existe una demanda por materiales reciclados y los consumidores quieren utilizar fibras recicladas y hacer lo correcto”, sentenció la especialista Clarke-Sather.
La continuación del desarrollo de técnicas de reciclaje, junto con la voluntad de la industria para adaptarse e innovar, serán factores determinantes para lograr un sistema textil más sostenible. Pese a que los desafíos del reciclaje textil son considerables, las técnicas pueden allanar el camino hacia una economía más circular y menos dependiente de recursos vírgenes.