Haivanjoe NG Cortiñas
Los productos dominicanos más exportados hacia el mercado estadounidense incluyen instrumentos médicos, textiles, tabaco, cacao, aguacate, mango, tomate, azúcar y oro, entre otros. Sin embargo, Cortiñas advierte que el 10 % de aranceles podría afectar gravemente el flujo de estos productos hacia su principal socio comercial.
“El aumento de los aranceles probablemente tendrá un impacto negativo en la competitividad de los productos dominicanos, lo que podría generar una disminución en las exportaciones hacia Estados Unidos”, afirmó Cortiñas. El economista subraya que esta disminución de las exportaciones generaría una presión adicional sobre el mercado de divisas del país, con un posible incremento en la volatilidad cambiaria.
En un análisis más amplio, Haivanjoe NG Cortiñas señala que los aranceles no solo afectarán a la República Dominicana, sino que podrían desencadenar efectos adversos para la economía global en su conjunto.
“La guerra arancelaria llevará, en el corto plazo, a un aumento de la inflación internacional. Esto, sumado a la contracción económica que se espera en varias economías del mundo, podría profundizar las dificultades para países como la República Dominicana, que dependen de mercados externos para mantener su estabilidad económica”, expresó Cortiñas.
El economista advierte que, en este escenario, no solo las exportaciones dominicanas hacia Estados Unidos se verían afectadas, sino también las perspectivas de crecimiento económico del país, que podría enfrentar una desaceleración en los próximos años debido a la caída en la demanda externa.
Cortiñas también recomendó que el gobierno dominicano busque alternativas para diversificar sus mercados de exportación, a fin de reducir la dependencia de Estados Unidos.
“Es imperativo que se busquen nuevos destinos para las exportaciones, especialmente en América Latina, Europa y Asia, para mitigar el impacto negativo de los aranceles. Además, es fundamental que el país invierta en la mejora de su competitividad interna, con la adopción de nuevas tecnologías y mejores prácticas productivas”, concluyó el economista.